jueves, 19 de abril de 2007

S / T (Carta a un hombre de afuera)


Querido:
No se iban. No se iban más.
Una era gallega, ¿andaluza?. La otra tal vez también, pero no habló ni una vez.
-El macho argentino es muy llorón y poco cojonudo, y eso afecta hasta a las mejores mujeres- dijo mientras yo intentaba escupirle mi discurso de protesta amorosa. Lo peor de todo es que tenía razón. Y yo no sabía cómo hacer para sacarme de encima tanto realismo.
Desde el principio me sentí incómoda: me rodearon con intenciones de no dejarme escapar sin comprar un cepillo o conocer mi suerte disolviendo un billetito de valor. Cuando logré convencerlas de que lo único que tenía encima era una moneda de un peso me dijeron que me leerían la mano por ese precio. Y ahí empezó todo.
-Estás aquí en La Feliz escapándote de un hombre que no te comprende, que no está dispuesto a lo mismo que tú. Él no sabe que te has ido y se enterará por una tragedia cuando todavía no hayas vuelto.
-No creo en el destino- le contesté, no del todo segura- ¿y si lo llamo para contarle que me fui después de nuestra pelea? Eso no tendría nada de trágico.
-No lo harás, porque te has ido para probar que puedes ser la misma sin él. Y cuando tú te propones algo, bien sabes que lo haces- de nuevo tenía razón, pero yo quería creer que podía controlar mi vida y que lo que ella decía eran puras sandeces.
Les pedí de todas las maneras posibles que me dejaran ir, pero a ninguna de las dos le alcanzaba con el trabajo que habían hecho hasta el momento.
-No nos iremos aún, te debemos la predicción: por muchos años, tal vez por el resto de tu vida, no volverás a verlo- miró la cara de la otra, que asintió suavemente con la cabeza- Si te consuela saberlo, no será por aquella discusión que tuvieron. La tragedia hará difícil que vuelvan a verse porque él no querrá visitarte.
No entendía por qué no podía ser más específica, por qué decía “tal vez”, ¿hasta qué punto era creíble esa lectura si ni siquiera ella podía estar segura? Ahora sé que para ser más específica no tenía que ver mi destino sino el suyo propio. Y dicen que nadie, por más vidente que sea, puede prever la propia muerte.
No se iban. Para vos eso no querrá decir nada, pero las palabras eran cada vez más crueles, y ellas se me ponían cada vez más cerca. Pensé en pedir ayuda, pero la costa de Mar del Plata estaba tan desierta como la de Chapadmalal (¿te acordás?).
No se iban más. Te lo juro. Puede que no existan razones suficientes para que me perdones (si la justicia no lo hizo, ¿por qué habrías de hacerlo vos?) pero tal vez esta carta sea la única forma que tengo de desmentir aunque sea una ínfima parte de su lectura.

Tuya,

Sylvia.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

yo ya lo habia leido....puede ser??

Ezequiel M. dijo...

Es un alto relato, creo que no le hiciste muchos cambios... y si le hiciste están todos muy bien.


E.

Ezequiel M. dijo...

Qué es S/T????

Nini dijo...

Sí, Kk, ya lo leíste, lo escribí el año pasado. Como no logro terminar el texto que estoy escribiendo, decidí subir éste porque ya no daba más el cuelgue.
S / T es "sin título". Sí, ya lo sé, es una actitud cobarde, pero no me inspiré para ponerle un buen título.

Nini dijo...

Me olvidé: vieron que la foto nueva es la de las gintanas, no? La que fue disparador del texto en el taller.

Anónimo dijo...

Flaca, tenés unas re ideas. Ya dije que admiro mucho a las personas que logran escribir cuentos, por toda la bola esa de la motivaroska y eso de que todo tiene que cerrar, no? Entonces cuando lo veo logrado, me admira. Y cuando veo que lo lográs vos, me dan ganas de decirte: Nin, sos grosa!
=)

Nini dijo...

Gracias, Bian!