martes, 1 de julio de 2008

No TV

Monólogo del buen Tevéfilo

Compuse una canción, planté un árbol, concebí un millón de niños a medio concebir. Escribí un libro, una novela, un centenar de profundos y ridículos poemas, un millar de cuentos, de historias. Cociné los platos más deliciosos y me los comí de a uno, despacito, mientras concebía los críos a medio concebir y escribía el, los libros. Gané premios, torneos y competencias.

Ahora me arreglaron la TV. La canción que compuse es dañina para los oídos del ser humano, el árbol que planté era de plástico, así que no ha de crecer. Los niños no llegaron a concebirse, fueron puro acto masturbatorio. Mis profundos y ridículos poemas son tan profundos y tan ridículos que nadie, ni siquiera yo, los entiende ni los puede leer. Mi novela no está terminada. Después de cocinar y disfrutar de las comidas más deliciosas y finas, tengo una enrome montaña de platos grasientos esperándome en la cocina. Los trofeos que gané son todos de plástico, todos de categoría amateur. No di a luz a un solo crío. Pero me arreglaron la TV.